La madre biológica de Anumá y su media hermana Ada, se negó a dar de mamar a sus pequeños chimpancés, así que con un año de nacidos su cuidadora decidió llevarlos a casa y criarlos como a sus propios hijos.
Estos ejemplares pertenecen al zoológico de La Habana donde la bióloga Marta Llanes Torres trabaja como cuidadora. Ella tiene 62 años de edad y lleva gran parte de su vida en esa plaza laboral.
Anumá y Ada demandan del tiempo de Llanes para su atención, sin embargo ella no ha reparado en este asunto. Les cambia los pañales, prepara cada una de sus comidas y los arropa para dormir con el mayor amor.
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La bióloga ha declarado que la pequeña Ada es muy juguetona e inquieta, a diferencia de su hermana mayor. Esta cubana parece encantada con haber trasladado su trabajo a casa y lo realiza con toda naturalidad. Además son los chimpancés número 35 y 36 bajo su vigilancia de algún modo.
Sin embargo, los chimpancés se encuentran bastante creciditos, adquieren consistencia física y la especialista cubana corre peligro si ellos resultan agresivos. Sus fuerzas pueden ser hasta cuatro veces mayor que la del ser humano. Además las atenciones se multiplican y el apartamento de ella resulta un diminuto espacio para estos animales.
Por esa razón debe volverlos al zoológico, pero persiste el temor de que no logren adaptarse. Los adoptados y su familia se separaron en edad muy temprano y corren el riesgo de no reconocerse unos a otros. Sería difícil abandonarlos a su suerte.
Sin embargo, la madre sustituta no lo ve así y aunque le da tristeza el alejamiento con estos singulares chicuelos, tiene fe en que todo saldrá bien para sus hijitos chimpancés, Anumá y su media hermana Ada.
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