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Fuegos artificiales, música y sabor en una competencia inusual entre dos barrios

La celebración de las parrandas en Cuba es una tradición arraigada en sus habitantes. Organizar y disfrutar de estas fiestas en cada región del país llena de orgullo a los nacidos aquí al igual que a los visitantes extranjeros que regresan cada año a sentirse también, cubanos.

Cuentan que la milenaria tradición inició allá por el año 1800. El cura de San Juan de los Remedios pidió a los niños, bien temprano, que recorrieran los barrios haciendo bulla y despertando a los vecinos del lugar para que asistieran a la misa del 24 de diciembre.

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4. Las primeras Parrandas

Ese resultó el comienzo de una tradición imprescindible para los habitantes en “regiones parranderas” en Cuba. Algunos expertos aún piensan que es como vivir la Navidad a nuestra manera con sabor criollo y despidiendo el año tirando la casa por la ventana.

Pero, volvamos a Remedios, allí se realiza la fiesta más antigua del país. Se enfrentan dos barrios San Salvador y El Carmen. Cada año compiten por vencer en un show de música, colores, fuegos artificiales y muchas luces que adornan sus calles.

Es una fiesta muy costosa pero vale la pena vivir esos momentos al lado de ambos barrios y ver cómo preparan cada detalle antes del desfile de carrozas.

Todo el año se trabaja fuerte en ambos barrios y al final, esa noche, ven el resultado de tanto sacrificio. El disfrute de miles y miles de personas es sinónimo de éxito.

Parrandas similares, aunque no con el glamour de Remedios, se organizan en Bejucal, Chambas, Yaguajay entre otros poblados del interior de Cuba.  

Milenarias, auténticas y con mucho sabor cubano, así son nuestras parrandas. Los pueblos parranderos llevan en la sangre el amor por esta fiesta de pueblo. Y usted, ¿se embulla a asistir el próximo 24 de diciembre a Remedios? Se lo recomiendo, no se arrepentirá.

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